martes, 23 de diciembre de 2008

Reflexiones sobre José Antonio

Influenciado por los emergentes movimientos fascistas europeos José Antonio Primo de Rivera crearía junto a Julio Ruiz de Alda el Movimiento Español Sindicalista, embrión de la posterior Falange Española. En ellos apostaban por un estado absoluto, centralizado y dictatorial, de corte fascista -validando en vistas a su consecución el uso de la pistola, al más puro estilo cowboy - y de ideología católica, incluyendo por otra parte ciertos elementos sindicalistas.

Se puede entender en cierto modo que Primo de Rivera hablaba a grandes rasgos (pues no llegaría a definir completamente el apartado económico de su opción política) de una colectivización en la economía en la cual un estado corporativo ejercería una planificación de lo que las distintas industrias deberían de llevar acabo, siendo estas autogestionadas, agrupadas por federaciones de sindicatos.


Su pensamiento la verdad es que incluye elementos realmente revolucionarios, pero lo cierto es que pocas personas engrosaban la falange por esta parte de su ideario, sino más bien por la dialéctica de los puños y las pistolas que preconizaba en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 29 de octubre de 1933.

Nunca fue amigo de las capas altas de la sociedad. Les culpaba por el deterioramiento de la imagen de su padre en sus últimos años de dictadura. Sin embargo era consciente de que él mismo llegaría a ser un instrumento de estas para tratar de frenar el avance de los movimientos revolucionarios en España.

José Antonio de no haber sido fusilado más que el constituirse como un verdadero revolucionario lo más seguro es que habría tratado de compartir un destino similar al de Adolf Hitler.

Igual que el partido nacionalsocialista en Alemania, la falange era vista como esa fuerza de choque necesaria para frenar a las masas, siendo simplemente un instrumento mediante el cual poder seguir manteniendo los privilegios la clase dominante. Pero en Alemania este experimento se les escapó de las manos, siendo capaz el propio partido de movilizar a las masas, y viéndose las grandes fortunas, las clases medias y el ejército obligados a postrarse ante el avance de ese huracán nazi.

Por el contrario, aquí tradicionalmente había sido el ejército el que condicionaba el rumbo de los acontecimientos que habían ido sucediendo en el país desde siglos atrás, y poco probable parecía que un joven más bien tímido como José Antonio fuese a cambiar las cosas.

Así pues la dictadura de Franco moldearía a su antojo el fascismo de la falange joseantoniana, incluyendo en esta los elementos que más le interesaban, y descartando lo menos útil, entre ello al propio José Antonio.

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