miércoles, 29 de julio de 2009

La debilidad de nuestras ideas


¡Las ideas! ¡No son más que unas azotacalles, unas vagabundas que vienen a llamar a la puertecilla falsa del entendimiento, y cada una os roba algo de vuestra sustancia, cada una se lleva alguna migaja de aquella creencia en unos cuantos sencillos conceptos a los cuales tenemos que agarrarnos, si es que queremos vivir decentemente y morir bien!
             
                                                           Lord Jim, Joseph Conrad

La realidad es infinita, por tanto imposible de dividir en pequeñas partículas llamadas ideas, pues siempre tratarán de sintetizar vagamente existencias mucho más amplias y complejas. Son trazos irregulares que buscan copiar la definición de rectitud, aún cuando esta sea imposible de representar por la mente humana. El hombre con su entendimiento y sus defectos es incapaz de comprender lo que le rodea, es posible que sus construcciones intelectuales lleguen a gozar de una verosimilitud y de una apariencia que hagan sentirnos atraídos por su fuerza interna, pero siempre guiados por nuestra mente humana. Intentar encajar nuestros pensamientos en el esquema de las ideas extramentales y del mundo de la razón es prácticamente imposible, impensable, pues pertenecen a otra esfera, a la que no tenemos acceso, y de la que no debemos creernos partícipes. El individuo no goza de la suficiente fuerza, y es su autoestima y son sus sueños lo que le empuja a situarse más allá de sus capacidades. Los límites deben ser marcados por el propio hombre, de otro modo caeremos en el error e iremos mermando nuestra alma y en parte la de nuestros semejantes. Cada vez que tratamos de crear un círculo más amplio de lo que puede llegar a ser, estamos minando nuestra existencia y la del mundo que nos rodea.

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