lunes, 17 de mayo de 2010

Fatiga



Creo embriagarme con el aroma del infinito. Aunque lejos de ser autocomplaciente, asqueado de otros olores que pudieron confundirme, consciente de la esencia de lo intangible, me asomo al mundo buscando un nuevo perfume.
Las palabras, caducas, se me atragantan. Y ya nada me hace joven.
Busco en mi memoria frases, sentencias... Pero sólo estoy yo, y me basta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Cómo me gusta Goya!

Gracias por tus palabras señor Iborra. Y como sabrás, el sueño de la razón produce monstruos.